El ecosistema Ripple no es nuevo, venimos escuchando Ripple o XRP (su token) desde hace bastante tiempo y más desde que la SEC (The Securities and Exchange Commission) empezara una investigación por “haber recaudado más de 1.300 millones de dólares a través de una oferta de valores no registrada”, pero, ya son muchas las noticias que nos dicen que ésta investigación podría terminar muy pronto y con un muy buen resultado para Ripple . Pero, primero de todo, veamos ¿Qué es Ripple?…
¿Qué es Ripple?
La plataforma Ripple es un protocolo de código abierto que está diseñado para permitir transacciones rápidas y baratas. El ecosistema Ripple y la moneda XRP no se crearon para ser el cambio del sistema tradicional, sino que se planteó con el objetivo de convertirse en el puente entre el sistema tradicional y la innovación de las tecnologías Blockchain.
En todo momento, Ripple, siempre ha buscado convertirse en el mejor amigo del sector bancario y financiero, brindando herramientas para que puedan mejorar sus servicios y tengan así un mayor atractivo ante un mercado que cada vez se está moviendo más rápido. Por ejemplo, a continuación, podéis leer la nota de prensa de mayo de 2015 de Santander UK cuando se asoció con Ripple, aquí.
El protocolo Ripple funciona a través de pasarelas. Una Pasarela es un intermediario que se utiliza como enlace en la cadena de confianza entre dos partes que desean completar una transacción. Por lo general, los bancos son esas pasarelas. La arquitectura de Ripple es similar a la de SWIFT, un sistema global de pago rápido.
La red Ripple funciona con el algoritmo de consenso del protocolo Ripple. No funciona como los populares protocolos de Prueba de trabajo o Prueba de participación. En cambio, proporciona una validación de consenso para las cuentas y transacciones del ecosistema por parte de varios nodos independientes. Para que una operación sea validada, todos los nodos deben estar de acuerdo y esa es la única forma en que se ejecutará la operación. Este protocolo permite que el sistema evite el doble gasto, principalmente mediante una encuesta para determinar el voto de la mayoría.
RippleNet (Cross Border payments)
La red de RippleNet o “Cross Border payments” permite que se puedan procesar pagos internacionales de forma instantánea y con posibilidad de hacer seguimientos a los mismos, además, todo dentro de una plataforma encriptada y con extrema seguridad. Con estas herramientas los bancos pueden empezar trabajar en otros mercados, así como también ofrecer a sus clientes nacionales la posibilidad de enviar pagos a cualquier lugar.
El volumen de dinero que manejan las remesas es uno de los atractivos que ofrecen para que los bancos puedan utilizar la RippleNet para el envío de pagos internacionales. Y este mercado es precisamente uno de los que más se ha trabajado dentro del ecosistema.
Ripple Crypto Liquidity
El Ripple Liquidity Hub, pone a disposición de las instituciones financieras y las empresas, una forma fácil de obtener activos digitales y más eficiente. Además, la plataforma desbloquea nuevas fuentes de ingresos para las organizaciones al permitirles ofrecer a los clientes finales la capacidad de comprar, vender y mantener activos digitales.
Ripple como proveedor de CBDCs (Central Bank Digital Currency)
La introducción de las monedas digitales del Banco Central (CBDC) será una de las transformaciones definitorias en la historia del dinero.
Ripple ha desarrollado toda una plataforma para bancos centrales para implementar las CBDC y una guía para garantizar la interoperabilidad global, la piedra angular del éxito de las CBDC.
Como decíamos, Ripple ofrece una plataforma completa para acuñar, administrar, realizar transacciones y destruir CBDC. Cada solución se basa en cadenas laterales privadas de XRP Ledger, una cadena de bloques comprobada que ha realizado transacciones por más de 69 millones de veces en el transcurso de los últimos 10 años y en la que ya confían instituciones financieras de todo el mundo.
Sin duda alguna estamos frente a la nueva forma de aplicar políticas monetarias de la próxima década y éstas determinarán si los activos digitales respaldados por soberanos abren la puerta para mejorar el comercio mundial y la inclusión financiera o mantener el statu quo aislado, ineficiente e inequitativo.
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